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21/11/09

De minúsculas

Hace tiempo que no te cuento cosas pero es que he estado viajando este último mes. Como no tengo portátil todavía, no puedo entrar en Internet desde fuera de casa y es una pena porque temo que se me van a olvidar muchas de las que quería decirte.
Sigo tu crecimiento por las fotos que continuamente me envían tus padres por MMS al móvil. Eso si lo tengo, con Internet incluido, pero mi vista ya no está para andar escribiendo en las minúsculas (por no decir microscópicas) teclitas del móvil. Es lo que tiene llegar a maduro tirando a viejo. Estoy segura de que tu escribirás rapidísimamente miles de palabras en ese miniteclado y espero que las escribas completas porque tengo la sensación de que los seres humanos jóvenes de ahora están olvidando nuestro idioma. O quizás es que lo están reinventando. Por ejemplo uno escribe: "dsd q vinste n t e vsto". Y el otro contesta: "qdmos mñna". Que digo yo que será por ahorrar tiempo eso de comerse todas las vocales pero a mi si me envían un mensaje así puedo tardar un día entero en descifrarlo.

No quiero dispersarme, que siempre que te escribo empiezo a enrollarme con ideas que no son las que te quiero contar. Y he estado en tantos sitios y de todos hay tantas cosas que quiero explicarte que se me aturullan los pensamientos y me voy por los cerros de Úbeda *.
* por los cerros de Úbeda.
1. loc. adv. coloq. Por sitio o lugar muy remoto y fuera de camino. U. para dar a entender que lo que se dice es incongruente o fuera de propósito, o que alguien divaga o se extravía en el raciocinio o discurso. Echar, ir, irse por los cerros de Úbeda.(Real Academia Española)

Y no son precisamente los cerros de Úbeda lo que he visitado. He estado en Bélgica y luego en Turquía. A pesar de la globalización el contraste es enorme. Sigue siendo Occidente y Oriente. Los edificios, las costumbres y, desde luego su historia, tienen poco en común. O mucho, que a veces todo depende del cristal con que se mire.

En el siglo XVI ambos países constituían las dos potencias del mundo de esa época. Bélgica como parte del Sacro Imperio Romano Germánico dirigido por el Emperador Carlos V y Turquía como parte del Imperio Otomano bajo la dirección de Solimán el Magnífico. Y como tales potencias ambas enfrentadas.

Hubo una diferencia. Mientras que a Solimán las cosas le iban como miel sobre hojuelas y si se le torcía algo lo arreglaba ejecutando al posible enemigo (mandó matar a sus propios hijos Mustafá y Bayezid asi como a los cuatro hijos de este último por cuestiones de sucesión y a su "amigo del alma" Ibrahim Pasha), a Carlos V le crecían los enanos en su reino. Se le rebelaron los protestantes y Francisco I Rey de Francia pactó con el mismo Suleyman, su enemigo natural.

Al final ambos constituyeron el punto máximo de esplendor de sus reinos y por ende el principio de su decadencia. Y es que esto es así. Ya lo dice el refrán: Días de mucho, vísperas de nada.
Aprende esto y aprovecha bien los días de mucho (que tendrás montones a lo largo de la vida) para sacar fuerza para los días de nada (que pido a Dios que no sean pero que alguno habrá).

A lo que iba, que Carlos V y Solimán el Magnífico fueron contemporáneos y enemigos. Como Darth Vader y Luke Skywalker en La Guerra de Las Galaxias que tanto le gusta a tu padre. Y es que la historia es como una película o un cuento. El problema es que la mayoría de los profes no la saben contar. A tu padre le gusta mucho la historia y creo que te la sabrá explicar muy bien asi que voy a dejar La Historia (con mayúsculas) y me dedicaré a relatarte las historias, (esta vez con minúsculas) , que he aprendido en estos viajes. Pero eso será a partir de mañana.

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