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23/3/14

HASTA SIEMPRE, PRESIDENTE

        Acabo de enterarme de la muerte de Adolfo Suarez, no por esperada, menos dolorosa para mí. Tengo la sensación de que una época de mi vida ha desaparecido con él, como si se la hubiera llevado allá donde esté. Una sensación de que todos esos años se han quedado en blanco tal fue la influencia de Adolfo Suarez durante ellos en mi vida personal y familiar.
         Como todos los segovianos de mi edad le conocimos siendo Gobernador Civil de Segovia. Entonces éramos niños, preadolescentes, pero le recordamos tomando chatos en La Taurina o sentado en La Suiza con su mujer Amparo y sus hijos. Algunos eran amigos de pandilla de Mariam o Adolfo jr, tambien niños como nosotros.
         Recordamos la movilización que consiguió a pesar de los pocos medios existentes en Segovia (ni existía la Residencia Sanitaria), él mismo levantando escombros.....cuando la tragedia de Los Angeles de San Rafael, culpa de aquel personaje que nunca debió salir de la cárcel, D. Jesús Gil, y que salió gracias a la Amnistia General concedida con motivo de la aprobación de la Ley de Reforma Política, uno de los grandes hitos políticos de Suarez.
         Personalmente recuerdo en esa época coincidir con él en el ascensor de casa ya que en el 5º vivía quien entonces era Presidente de la Diputación y su familia. Hablo de Fernando Abril Martorell y su mujer Marisa,amigos íntimos del matrimonio Suarez.
         No suponíamos entonces lo que llegaría a significar para la historia de nuestro país, eran los años 60, Franco gozaba de salud y tenía todo atado y bien atado. De hecho Adolfo Suarez se suponía que era parte del Régimen, venía avalado por el Movimiento, por eso era Gobernador.

           Luego llegó la Transición, su primer gobierno formado por una amplía presencia de segovianos: Fernando Abril Martorell. Andrés Reguera Guajardo, Rafael Calvo Ortega......
       Mientras, nosotros crecíamos, estudiábamos, participábamos de todo aquello realmente comprometidos....¿quién no ha pasado noches llenando sobres de cualquiera de los Partidos de entonces:Alianza Popular, Partido Socialista obrero Español, Partido Socialista Popular de Tierno Galván, Unión de Centro Democrático....?¿O pegando carteles y despegando los del contrario? ¿O asistido a los mítines?.
         Después llegó el Golpe de Estado del 23F y el pueblo se olvidó de él.
         
        
   
   Entonces es cuando tuve el privilegio de conocer personalmente, cara a cara, a Adolfo Suarez. Hablo de la época del Centro Democrático y Social. Cuando ya era perdedor, cuando únicamente tenía dos escaños en el Parlamento (el suyo y el de Agustín Rodríguez Sahugún).
      El abuelo se afilió y así tuve la oportunidad de compartir muchos momentos, cenas y actos con él.

      No voy a hablar de la parte política de Adolfo Suarez, para eso hay sesudos analistas que saben mucho. El recuerdo que me ha quedado es el del hombre:
      Era guapo a rabiar, y seductor.....te miraba directamente a los ojos cuando hablaba contigo, como si te conociera de siempre y al hablar lo hacía con mucha seguridad, y de tú a tú. Nunca le vi hacer de menos a nadie, daba igual que estuviera hablando con un mago del campo que con el Rector de la Universidad.
     Convencía con esa forma de hablar, era rotundo, claro y directo y, respetuoso con las ideas contrarias, daba lo mismo que se hablara de arte que de política.
     Siempre cenaba una tortilla francesa, aunque fuera una cena de gala. Era sobrio en comer y beber, y fumaba.
   Era coqueto y siempre iba impecablemente vestido. Todos le llamaban Presidente, cosa que yo no entendía y no me salía, lo que me supuso alguna mirada de reproche de los que nos acompañaban. Pero él no le daba importancia, le hacía gracia que se me escapara llamarle Adolfo en vez de "Presidente".
    Adoraba a sus hijos y a su mujer. Hablaba con frecuencia de ellos. Y le gustaban los chistes.
   En esa época no le di mucha importancia al hecho de conocerle. Con los años me di cuenta de que fue todo un privilegio y de que, inconscientemente, aprendí mucho del contacto y las conversaciones con personas como Adolfo Suarez, Iñaki Azkuna y otros cuantos de aquella generación de políticos dialogantes, tolerantes, respetuosos con las ideas de otros......

    No me salía llamarle Presidente. Pero lo era, por mérito propio. Hoy le despido con ese título en mayúsculas.
     HASTA SIEMPRE PRESIDENTE, Y GRACIAS.