Querido nieto:
Tengo un problema. Me gustaría estar ahora mismo con tu madre para apoyarla y ayudarla en lo que fuere menester.Pero no me atrevo. Porque soy la madre del novio. Ya, ya se que para tí soy una de tus abuelas. Pero es que no es lo mismo ser la abuela materna que la abuela paterna. Es que la ley de la sangre tira mucho y, al fin y al cabo, la que te tiene dentro, a la que le va a doler tu nacimiento, la que durante nueve meses te ha sentido, es tu madre. Y tu madre tiene una madre que esta viviendo tu evolución de distinta manera a mí. Mucho mas preocupada. Y a la hora de la verdad tu madre a quién prefiere tener a su lado es a su madre, o sea, tu abuela materna, la madre de la novia.
Y yo voy como de refuerzo, en un segundo plano. Y alegrándome de que tu abuela materna esté allí, con tu madre, en el maravilloso momento en que decidas nacer.
De pronto he sentido no haber tenido nunca una hija, porque nunca podré compartir ese momento maravilloso del parto con ella. Y es que, por mucho que le cuente a tu padre la experiencia inmensa de parir nunca podrà entenderlo.
Pero que te conste que todas las abuelas te queremos igual.
