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16/1/11

Volar II- Dentro del avión


Por fin llega una azafata a la puerta de embarque cuya pantalla sigue diciendo que el vuelo ha salido hace tres cuartos de hora. Todos los pasajeros nos ponemos en fila pensando que ¡ya! vamos a embarcar. Pero no; la señorita, ajena a nuestra impaciencia, habla por el telefonillo interno, ojea los folios que tiene encima de la mesa, vuelve a hablar por el telefonillo interno.....

Todos los pasajeros callados no sea que si alguien protesta o dice algo la señorita se enfade y se retrase mas el vuelo. Del finger sale un señor con chaleco reflectan te y habla con ella. Llega otra azafata con mas folios en la mano. Vuelven a hablar por el telefonillo, vuelven a ojear los folios.....

¡Al fin se dirigen por megafonía a los sufridos pasajeros!
-Se va a proceder al embarque del vuelo xxxxxx. En primer lugar pasajeros con niños, a continuación los pasajeros con filas de la 15 a la 31 y en último lugar los pasajeros con asientos entre las filas 1 a 15. Los pasajeros de clase Bussiness y los participantes del programa xxxxgold pueden embarcar en cualquier momento.

-Bueno- piensa vuestra abuela- aunque viajo en misery class, como tengo la fila 16/viajo con los nietos, paso al avión de los primeros.

¡¡¡¡¡ERROR!!!!¡¡¡¡ERROR!!!!!! ¡¡¡¡¡¡ES MEJOR EMBARCAR EL ULTIMO!!!!!

¿De que sirve embarcar el primero si el avión no va a salir hasta que no embarque el último? De nada y tiene varios inconvenientes, a saber:
Te tienes que levantar para que pase el pasajero que va a tu lado, te aplastan el abrigo y el equipaje de mano que tan cuidadosamente pusiste al llegar, alarga tu viaje unos 10 minutos y si, para colmo, viajas con niños como vosotros, esos diez minutos suponen una eternidad porque ¿alguien pensó de verdad que se puede viajar dos horas y media o mas con un bebé de 14 meses en brazos? ¿alguien pensó de verdad que a un niño de dos años se le puede amarrar con un cinturón de seguridad durante ese tiempo?.

Así que ya estamos en el avión. Los asientos son la mínima expresión en ancho y fondo para poder sentarse. Ahora la azafata empieza a dar las instrucciones de seguridad.
- Las mascarillas de oxígeno........el salvavidas está debajo de su asiento.....

¿Para qué demonio sirve un salvavidas si lo que sobrevolamos es Toledo- Sevilla y en caso de precipitarnos al mar es desde tropecientosmil metros de altura?¿No sería mejor un paracaídas? Y luego el temita de abrocharlo e inflarlo. ¿Pero de verdad creen los eruditos de seguridad aérea que si, después de caer desde no se cuantos metros de altura, de tener la suerte de no volatilizarnos con el golpe, si, además, conseguimos salir del avión que, probablemente, estará en llamas, después de habernos quitado los zapatos y suponiendo que nos hayamos acordado de que el salvavidas está debajo del asiento, de recordar como se abrocha ( mi única experiencia de este tema fue en un barco y os aseguro que até el salvavidas a vuestro padre y vuestro tío, entonces pequeños, a puro golpe de nudo básico) tiramos de la anillita y no se infla vamos a tener capacidad pulmonar para inflarlo soplando?. ¿Están de coña?

Entonces tu abuela, indefectiblemente, piensa en dos amigas que tuvieron la mala suerte de estar en el fatídico vuelo 5022 de Spanair el 22 de Agosto del 2008. Una salvó la vida pero perdió a su hija con la que papá y el tío Julio compartieron de niños días de playa y de carnaval; la otra perdió la vida. De nada sirvieron las instrucciones de seguridad.

Pero no hay que tener miedo. La vida es un riesgo en si misma así que no hay que pensar en eso.

Por fin volamos. El luminoso de "obligatorio el cinturón de seguridad" se apaga . Probablemente se volverá a encender cada dos por tres a lo largo del viaje cada vez que haya "turbulencias" , que es algo que suele haber frecuentemente y que acojona mucho pero que no tiene mayor importancia según el comandante que, cada vez que aparecen, te habla para decirte eso, que no tiene importancia. No tendrán importancia para ellos porque para ti significan recordarte que estás a tropecientos metros del suelo cosa que no es lógica, porque los mamíferos normales ( los vampiros y murciélagos no lo son, de hecho forman parte de los seres protagonistas de la literatura de terror) solamente estamos adaptados a la tierra y al agua.

Como no tienen importancia, aunque esto se mueva como una batidora, nosotros a lo nuestro que ahora mismo consiste en determinar si comemos algo o no. El menú desde luego no es que sea atractivo, es que dan ganas de llorar. ¿Que decido, el sandwich especial con pan de semillas de sésamo ( ¿y eso que coño es?) o chapata de jamón ibérico?. Me inclino por lo segundo por eso de que "mas vale malo conocido que bueno por conocer". Otra vez ¡¡¡ERROR!!!. La chapata es una especie de chicle frío con algo que recuerda al jamón y nada que recuerde al pan, envuelto en una cápsula inflada de plástico que tiene que pinchar la azafata porque no hay forma humana de abrirlo.

Este es el momento "envidia". Envidia a los que viajan en bussines y no en misery class porque comen mal pero caliente, porque tienen un asiento libre entre ellos y el otro y pueden dejar el vaso en la mesa del asiento vacío, porque seguramente su compañero de viaje no es gordo y aunque lo sea tienen espacio entre ellos, porque si vuestra abuela tuviera un asiento libre entre ella y el otro viajero no habríais cogido su pan ni habríais tirado su vaso de vino.....

Entre unas cosas y otras ya estamos bajando. Los oídos se taponan. Otra vez los cinturones. Y vosotros que no estáis por la labor. ¡Que venga Herodes! piensan los sufridos compañeros de viaje aunque cara a la galería te dicen que no te preocupes, que lo entienden. ¡Y una porra! en el fondo os matarían por esos gritos que lanzáis debido al dolor de oídos que os provoca el descenso. La abuela no grita por educación, pero también le duelen.

Tocamos tierra. Algunos pasajeros aplauden. La abuela simplemente suspira. Ya estamos en casa sea el aeropuerto que sea. Tierra firme por fin. Da igual la que sea. Europa, África, Asia..... TIERRA.

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