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30/8/10

La música de Bach no es para el verano

Me gustaría que apreciaras la música cuando seas mayor porque es una de mis mayores aficiones y me haría ilusión compartirla con mis nietos. Por ahora te mueves, como bailando, cuando escuchas melodías que te gustan como la canción de despedida de "La casa de Mickye Mouse" o la canción de "Thomas y sus amigos". Y te duermes tranquilito si te canto "Donde vas Alfonso XII" o "Ya se van los pastores". Esto es curioso porque si te canto por ejemplo "Duérmete niño de mi vida", que es una canción inventada para dormir niños, te produce el efecto contrario. No se si es que las primeras te resultan muy aburridas o es que la palabra "duérmete" de la última te recuerda que queremos dormirte y por eso te rebelas.

Es que la música no solo se escucha, también se visualiza. Al menos eso le ocurre a tu abuela. Y si no visualizo nada, no escucho. Al tercer compás ya dejo incluso de oírla.

Así anda tu abuela siempre que tiene ocasión, escuchando y visualizando la música grabada en su ipod. Pero no siempre lo consigue.

Por ejemplo en la playa suelo escuchar música actual porque me resulta fácil disfrutarla. El sol, la gente, los niños jugando en la orilla, el ruido de las olas...... todo me resulta divertido y me aporta energía, por lo que escuchar a Lady Gaga, Shakira y similares me da subidón. Y en esas estaba cuando (cosas de la técnica) me saltó la lista de música clásica.

¡Que impacto! nada menos que la Tocatta y Fuga en Re menor de Bach a toda potencia en mi oído. No era capaz de visualizar nada, no me inspiraba nada aquella música en aquel sitio. Ese órgano a todo meter......esa solemnidad....intenté visualizar algo que tuviera relación pero no encontraba ninguna cosa; pero es que ninguna.....
Las sombrillas, los cubos y las palas, los flotadores, la señora gorda tumbada a mi lado, el joven tatuado entrando en el agua, el bebé haciendo un castillo con su mamá.....eran como bofetadas para los sonidos que estaba oyendo. Y con el calor que hacía no podía ni recordar como es una iglesia por dentro y ¡mira que lo intenté!

Desconecté el ipod.

Y pensé: no es que yo este perdiendo el gusto por la música es que, definitivamente, al Sr. Bach no le sienta bien el bañador.

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