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10/2/10

Amanecer

Revolviendo en los cajones una tarde, encontré un cuaderno viejo viejo. Casi tan viejo como la abuela. Es un cuaderno donde escribía poemas cuando tenía 16 años (lo se porque puse la fecha. Ya ves, tu abuela siempre tan maniática del orden y de los tiempos). No recordaba haber escrito poesía (si a lo que escribí entonces se le puede llamar así) pero cuando lo he releído, ¡me ha recordado tantas cosas!. ¿Y sabes?, visto a través del tiempo he pensado que me expresaba mejor antes que ahora. Eso se debe a que a los 16 años la explosión de los sentimientos es como un volcán en erupción. En cambio, a mi edad, el volcán está casi apagadito como el de Timanfaya en Lanzarote: si hurgas un poco todavía puedes freír un huevo pero hay que escarbar.

Sea como fuere me gustaría que algún día, cuando seas mayor, leyeras mis "poemas" de adolescencia, así que intentaré transcribirlos poco a poco por si no llego a tiempo para leértelos yo.

En el de hoy intentaba describir el amanecer, ese momento mágico en que el sol y la tierra se unen cada mañana para engendrar el nuevo día.

El sol se eleva despacio
entre montañas de plata.
La tierra duerme tranquila,
soñando esta con el alba.

El la mira tembloroso
entre las montañas blancas
procurando no hacer ruido
pues no quiere despertarla.
Aspira el suave perfume
de su cabeza en la almohada
y despacio, y en silencio,
se va acercando a la cama.
Ahora la mira tranquilo
y una dulce paz le embarga.
¿Quien no ha sentido lo mismo
al contemplar a su amada?.
Con las manos temblorosas
la acaricia sin tocarla
y, dulcemente, la besa
en los ojos y en la cara.

La tierra sigue durmiendo
y soñando con el alba.
Con el llegará su amor.
Con el vendrá la esperanza.

El sol la besa las manos,
la piel, el pelo, la cara...
la vuelve a mirar, suspira,
la contempla enamorado.
En sus labios pone un beso
y se siente avergonzado.
Perdón ,susurra, amor mio,
pero no pude evitarlo.

La tierra, sobresaltada
al oír que están hablando,
olvidándose del sueño
despierta de su letargo.
Y al descubrir, sorprendida,
al sol que la esta mirando,
sin decir una palabra
cae rendida en sus brazos.

Y no te rías, cuando lo escribí estaba en plena "fase cursi" de niñata de 16 años. Tampoco pretendía que me dieran el Nobel de Literatura, caramba. Ni siquiera me presenté nunca a unos Juegos Florales. ¿Que que es eso?. Otro día te lo cuento.

2 comentarios:

ty dijo...

No creo que te expresaras antes mejor que ahora, no digas esas cosas. Es más, pienso que el volcán del que hablas no se ha apagado desde que escribiste esta poesía en tu "fase cursi".
En cuanto a los juegos florales, estuve mucho tiempo pensando que eran concusos en los que la gente debía elaborar un ramo de flores, fíjate qué cosas. Eso es imaginación, lo demás son tonterías.

Saludos,
Sara.

Sabor Añejo dijo...

¿Eres consciente del valor que tiene el poema que le muestras a tu nieto (y a nosotros)?. Como bien dices es una edad en la que explotan los sentimientos y todo se siente más intensamente.
Deberías recopilarlos y publicarlos. Este en concreto es preciosos.

Un abrazo