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7/7/09

Compras náuticas


Hoy he ido de compras náuticas. Si, has escuchado bien. Compras náuticas. ¿Recuerdas que hace poco te hablé de las aficiones navegatorias de tu abuelo?. Bueno, pues aprovechando que el Tormes pasa por Salamanca (o sea que voy a ir al barco) recibo un emilio pidiéndome que compre 10 cosas iguales a las de la foto de 250 amperios ¿...? y se las lleve.
A mi los artilugios de la foto me han parecido ganchos.

Primera prueba: enterarme donde pueden vender esas cosas tan raras y adivinar para que sirven. He echado mano de mi agenda de amistades marineras y, la verdad, me han informado rápidamente de donde había tiendas de cosas para barcos (gracias Miguel Ángel). Y me han dado la primera pista: por lo visto son fusibles y según mi informante, del cuadro general eléctrico. He salido de casa hacia la tienda un poco + tranquila sabiendo que, al menos, no iba a hacer un ridículo muy espantoso, se quedaría en espantoso solamente.

Segunda prueba: Hacerme entender sin saber el lenguaje (como cuando voy de viaje fuera de España porque no se inglés).
Cuando he entrado en el establecimiento me he quedado asombrada. ¡Que cantidad de cosas curiosas hay en estas tiendas! Cabos de todos lo grosores, banderas de señales, anclas de todos los tamaños,......me ha recordado a la ferretería de mi padre. También en ella había miles de cosas interesantes y raras. Un día te contaré de la ferretería, no dejes que se me olvide.

Para mi sorpresa había mucho público. Esto del mundo de la mar debe ser muy estimulante y placentero a tenor de la cantidad de personal que se dedica a él por lo visto. Este ha sido mi momento vergüenza ajena porque todos parecían enteradísimos y hablaban de winches y de anzuelos y de motores auxiliares y de hélices y cosas afines como si fueran temas cotidianos de tertulia. Vamos, como yo puedo hablar de frutas o guisos. Y se intercambiaban consejos del tipo: "Mete 100 m. de cadena, con 50 solamente garrearás seguro en "x" (nombre de un lugar de la costa)". Y todos, clientes y personal tan entretenidos sin mirarme siquiera tal vez porque yo estaba haciendo grandes esfuerzos por ser transparente mientras ensayaba mentalmente lo que iba a decir. Al final, como en mis viajes, he optado por la fórmula mágica de enseñar la foto/dibujo de lo que quiero.
Humildemente he manifestado que era un encargo y que no tenía ni pajolera idea de qué era lo que estaba pidiendo ni para que servía. Inmediatamente me ha llovido una clase magistral sobre la utilidad de dichos fusibles, sus diferentes tipos y tamaños y voltaje soportado. Como ya me había dicho mi informante son para el sistema eléctrico y entre otras utilidades sirven para hacer funcionar la hélice de proa. Su tamaño es pequeño (que susto, pensé que tendría que llevarlas en una maleta suplementaria si eran grandes).

Resumiendo: ¡MISIÓN CUMPLIDA! (aunque solamente tenían 4 unidades y tu abuelo quiere 10, pero alomejor me las consiguen antes del viaje).

Pero ahora me ha entrado una duda terrible ¿Falla la hélice de proa? ¿No hay luz? Y ha regresado mi miedo atávico a navegar. Ten en cuenta que soy castellana vieja y mis antepasados también. Lo de navegar, para un castellano, es cosa que da mucho respeto.

¿Te das cuenta? A veces es mucho mejor no saber nada de nada, porque el conocimiento completo conduce a la seguridad pero el medio_conocimiento produce muchísimo miedo. Así que, querido nieto, si no piensas ser navegante mejor que ni preguntes nada a tu abuelo sobre barcos. Solamente déjate llevar.

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