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28/6/09

Tu primer cuento


Querido nieto:
Te voy a contar un cuento. Creo que será tu primer cuento de los cientos que pienso contarte. Pero este es especial. Porque es el primero. Porque habla de Segovia y porque lo escribió tu abuela hace muchísimo tiempo, cuando era pequeña. Espero que te guste.

".........Erase una vez, hace mucho, mucho tiempo. Segovia era una pequeña ciudad costera con un puertecito y hermosas playas de arena fina y blanca que el mar acariciaba sin cesar. Era un mar azul y tranquilo. En él, los peces vivían felices. Destacaba uno por su belleza: tenía el cuerpo lleno de escamas multicolores y sus aletas eran de nácar transparente. Nadaba orgulloso junto al resto de los peces que le miraban con admiración.
Aquel pez era el mejor amigo de una joven morena y muy bella que cada tarde se acercaba hasta la orilla a jugar con él. Cuando la veía llegar, subía a la superficie, asomando su cabeza para recibir las caricias de su amiga.

Un día apareció en el horizonte un barco enorme. Sus velas eran de seda negra; sopladas por la brisa impulsaban al navío con suavidad sobre las olas. Nunca habían visto en la ciudad un barco tan grande ni tan bonito.
Cuando atracó en el muelle todos los segovianos se acercaron a contemplarlo con curiosidad. El capitán era un joven alto y de pelo castaño que nunca bajaba a tierra. Se le veía pasear durante todo el día de la proa a la popa. Por las noches, gobernando el timón, se hacía a la mar y no regresaba hasta el amanecer.

Una tarde, la muchacha no vio al pez. Le extrañó mucho.
- Se habrá entretenido jugando- pensó.

Pero, cuando al día siguiente tampoco apareció, empezó a preocuparse.
Todos los dias llegaba hasta la orilla, pero su amigo el pez no aparecía. Esperaba hasta que el sol se escondía en el horizonte y regresaba a casa llorando, convencida de que algo malo impedía ir a su amigo.
El capitán del misterioso barco la veía bajar cada tarde a la playa. Le parecía la muchacha más hermosa y más triste del mundo.

Un día decidió bajar a tierra y acercarse a ella para saber la causa de su pena.
- ¡Hola!, me llamo Pedro y soy el capitán del barco que está en el puerto. Quisiera ser tu amigo.
La joven se sorprendió un poco al principio pero, como le pareció muy simpático y guapísimo, le devolvió el saludo y empezaron a hablar.
- Soy Leonor y, como a todos en la ciudad, me gustaría saber de donde vienes-.
- Vengo de un lejano país al otro lado del mar- dijo Pedro- y, como mi Rey es muy caprichoso, me ha enviado por los mares del mundo a buscar peces extraordinarios para su acuario y, si no regreso con algún ejemplar realmente sorprendente, me castigará.
Afortunadamente, - continuó Pedro- el otro día pesqué uno que le gustará. Tiene el cuerpo cubierto de escamas multicolores y sus aletas son de nácar transparente. pero no quiero regresar hasta no conocer la causa de tu tristeza y ayudarte si puedo.....

Leonor comprendió que Pedro había capturado a su amigo.
- Puedes ayudarme si quieres- le dijo- aunque no puedo pedirte que lo hagas. Ese pez es amigo mío. Lleva muchos días sin venir y por eso estoy triste. Suéltalo, morirá de pena si lo encierran en un acuario...
Pedro no dijo nada y se marchó.

Cuando llegó a su barco liberó al pez. Esto significaba tener que volver a navegar otra vez por todo el mundo. pero no lo dudó: era mas importante que su nueva amiga fuera féliz.

Al verse libre el pez nadó hacia la orilla rápidamente. Allí encontró a Leonor. Estaba triste. Miraba al barco y se acordaba de Pedro. Aunque se alegró de volver a ver al pez no podía dejar de pensar en lo que Pedro había hecho por ella. No quería que se marchase pero nada podía hacer por evitarlo.

El pez comprendió que Leonor y Pedro no podrían vivir separados. Tenía que pensar en algo rápidamente. Decidió ir a ver al Rey de los mares. Solamente él podía ayudarle.

- Lo único que se me ocurre- le contestó Su Majestad tras escuchar la historia- es impedir que Pedro pueda abandonar Segovia pero eso supondrá que tu nunca volverás a ver a tu amiga.

- Ella no será feliz si Pedro se marcha, y yo moriré de pena si ella está triste- respondió el pez.

Al día siguiente los habitantes de Segovia no podían dar crédito a lo que veían: ¡EL MAR HABÍA DESAPARECIDO!
..Y el barco que llegó de lejanas tierras se había transformado en un grandioso castillo.... y sus velas de seda negra eran ahora afilados torreones con negros tejados de pizarra.
Todos se quedaron asombrados sin saber la causa de aquel extraordinario suceso. pero como fue hace muchísimo tiempo y entonces a veces pasaban cosas muy extrañas no dieron demasiada importancia al acontecimiento. Ahora los segovianos paseaban por el campo y contemplaban a los pájaros y
nuevos animales que llegaban. Dejaron de pescar y se dedicaron a cultivar la tierra y a la ganadería.

Pedro y Leonor se casaron y tuvieron hijos a los que hablaron del pez y del mar que antes bañaba a Segovia. Los hijos se lo contaron a sus hijos y así hasta hoy."

Pero todos creyeron siempre que era un cuento......

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