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17/2/12

Palomas mensajeras






Con tanta tecnología hemos pasado a depender de todos estos aparatos que no entendemos pero que nos resultan casi imprescindibles para no sentirnos solos.
La abuela que, cuando sus hijos le lloraban pidiendo que pusiera ADSL en casa se negaba como gato panza arriba al grito de "Internet es un invento maligno de los americanos", al final sofronizada por ellos sucumbió al mundo 2.0 y vive ahora totalmente informatizada.

Os ve por Skype, se relaciona con sus amigos de toda la vida por Facebook, opina en Twitter y ha "conocido" personas musicalmente afines gracias a Lastfm o Spotify. Por no hablar del correo electrónico por el que recibe las convocatorias de la junta de vecinos y hasta las invitaciones de boda, o de la banca electrónica que hace que el dinero físico cada vez circule menos. Y os cuento mis cosas en un blog.
A veces pienso que con todo esto nos estamos convirtiendo en seres muy comunicados pero mas solos que la una.
Cuando era pequeña para jugar con otros niños había que salir a la calle o invitar a algun amigo a casa. Ahora jugamos online con alguien que no conocemos personalmente, o sí, sentados delante de la tele o del ordenador.
Había que llamar por teléfono a los amigos para hablar o quedar en alguna parte.
Pensándolo tengo la impresión de que todo este avance que parece el mundo virtual no es mas que volver a los orígenes. Tambien los pueblos antiguos se comunicaban sin verse por medio de señales de humo o de palomas mensajeras.
Al fin y al cabo esto de Internet es parecido. Suelto mi paloma con mi mensaje desde mi teclado electrónico y llega a quien quiero. Y ese alguien me envía a su paloma con su mensaje de contestación. Pero no nos vemos y no nos abrazamos y no sabemos si la paloma nos trae un mensaje verdadero o no porque no vemos los ojos ni la expresión de quien nos le envía.
¿Progreso o regreso?


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