Hoy en este nuestro país hemos vuelto a tener huelga general. La abuela lleva a sus espaldas muchas huelgas generales. Unas las ha seguido, otras no.
Lo que tiene una huelga general es que se supone que el país se paraliza. No siempre es así, claro. La abuela recuerda como la mas paralizante la que se hizo contra el Gobierno del Psoe en 1988. Entonces ella no hizo huelga porque no entendía muy bien de que iba pero recuerda al país paralizado. Y a los piquetes amenazándola. Casi llega a las manos con ellos y eso que se trataba de un Juzgado. El piquete llegó a desconectarle la luz y a romperle los escritos que había tramitado.
Me pareció un acto de vandalismo y gracias a que el Juez Decano subió a mi Juzgado pude seguir trabajando, pero no creáis que al piquete de marras le ocurrió nada. Simplemente les ordenó irse de allí. Yo tenía entonces pocos años de edad y menos de asalariada.
Pero se me quedó una imagen fija de aquello. Si yo quería trabajar ¿por qué aquellos energúmenos querían impedírmelo? ¿No habíamos hecho una transición por la democracia para garantizar las libertades?¿Que era aquello?
Asi que me convertí en antipiquetes.
Hoy en este nuestro país ha habido otra huelga. Y otra vez ha habido piquetes que se han tomado la justicia por su mano. No aprendemos.
La abuela no está contra las huelgas aunque ha secundado pocas. Pero sì contra la violencia de las huelgas. De uno y otro lado, porque también hay empresarios que amenazan con represalias a los trabajadores que secunden la huelga.
Yo no sé que futuro laboral os espera. Sea el que sea nunca os dejéis intimidar. Ni por unos ni por otros. La libertad consiste en eso. En poder elegir si voy o no, si hago o no.
Y claro está, luego apencar con las consecuencias.
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